El desafío futuro del diseño
Sin lugar a duda, el nuevo escenario al que los diseñadores
argentinos se mantienen en su mayoría ajenos,
impone la necesidad ineludible de integrar la temática
ambiental al diseño en todas sus expresiones, ya no
como una especialización optativa sino como el desafío
futuro que deberán enfrentar las nuevas generaciones
de diseñadores.
Deberán comprender por tanto que, tal como plantea
Papanek (1985), la ecología y el equilibro ambiental
son soportes básicos de la vida humana sobre la tierra y
no podría existir ni la vida ni la cultura humana sin
ellas. El diseño, por estar ligado al desarrollo de productos,
herramientas, máquinas, artefactos y otros dispositivos,
tiene una influencia directa sobre el medio
ambiente. Ante ella, “la respuesta del diseño debe ser
positiva y unificadora. El diseño debe ser el puente
entre las necesidades humanas, la cultura y la ecología”.
Estos nuevos escenarios, como plantea Mackenzie
(1991), proporcionan una oportunidad inigualable de
revalorizar el diseño y avanzar hacia una nueva etapa
evolutiva, dado que: “El papel de los diseñadores como
el enlace entre el proceso de manufactura y el cliente,
entre los requisitos técnicos y de marketing, les ha
otorgado una posición central en muchas empresas en
áreas tales como el desarrollo de nuevos productos. Esta
posición debe ahora ser justificada: los diseñadores
deben mostrar su habilidad para abordar los complejos
y desafiantes temas que encierra el diseño con mínimo
impacto ambiental.
Sin lugar a duda, el nuevo escenario al que los diseñadores
argentinos se mantienen en su mayoría ajenos,
impone la necesidad ineludible de integrar la temática
ambiental al diseño en todas sus expresiones, ya no
como una especialización optativa sino como el desafío
futuro que deberán enfrentar las nuevas generaciones
de diseñadores.
Deberán comprender por tanto que, tal como plantea
Papanek (1985), la ecología y el equilibro ambiental
son soportes básicos de la vida humana sobre la tierra y
no podría existir ni la vida ni la cultura humana sin
ellas. El diseño, por estar ligado al desarrollo de productos,
herramientas, máquinas, artefactos y otros dispositivos,
tiene una influencia directa sobre el medio
ambiente. Ante ella, “la respuesta del diseño debe ser
positiva y unificadora. El diseño debe ser el puente
entre las necesidades humanas, la cultura y la ecología”.
Estos nuevos escenarios, como plantea Mackenzie
(1991), proporcionan una oportunidad inigualable de
revalorizar el diseño y avanzar hacia una nueva etapa
evolutiva, dado que: “El papel de los diseñadores como
el enlace entre el proceso de manufactura y el cliente,
entre los requisitos técnicos y de marketing, les ha
otorgado una posición central en muchas empresas en
áreas tales como el desarrollo de nuevos productos. Esta
posición debe ahora ser justificada: los diseñadores
deben mostrar su habilidad para abordar los complejos
y desafiantes temas que encierra el diseño con mínimo
impacto ambiental.
http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/vista/detalle_articulo.php?id_articulo=1460&id_libro=10